La Consejería de Salud ha dilapidado su presupuesto en la contratación de enfermeros/as para la consulta de acogida, una estrategia que aspira a sustituir a los médicos por personal sin conocimientos ni autorización para resolver ciertos problemas de salud.

En las imágenes que acompañan a este artículo, la Consejería de Salud anima a la población a acudir a la enfermera para resolver “problemas agudos que puede solucionar enfermería sin pasar por el médico”.

El personal de enfermería carece de conocimientos y de habilitación legal para atender los “problemas agudos” enumerados en este cartel. La enfermería desarrolla funciones importantes dentro del sistema sanitario, pero no puede valorar ni tratar la hipertensión, los vómitos o el dolor lumbar. El personal de enfermería que asuma esta responsabilidad se estará exponiendo a demandas que ningún seguro de responsabilidad civil cubrirá. Además, estará aceptando un papel de “seudomédico” que parece negar el valor de las funciones propias de su profesión.

Esta forma de fomentar el intrusismo y engañar a la población no es más que una huida hacia adelante. La Consejería de Salud ha dilapidado su presupuesto en la contratación de enfermeros/as para la consulta de acogida, una estrategia que aspira a sustituir a los médicos por personal sin conocimientos ni autorización para resolver problemas médicos. De este modo, pretende eludir su obligación de resolver el grave problema de la falta de médicos en Atención Primaria.

La Presidencia de la Junta de Andalucía no puede permanecer pasiva ante este disparate ni un segundo más. La enfermería de los centros de salud está tan sobredimensionada que en muchos casos no existen tareas que asignarle, permaneciendo varios enfermeros/as en una misma consulta con un solo ordenador. Aun así, no dejan de recibir “refuerzos”, mientras los Servicios Centrales del SAS deniegan contratos para médicos. El malestar ante esta estrategia disparatada empieza a generalizarse entre los gerentes de distritos y hospitales, pero nadie parece capaz de detener esta deriva suicida.

La realidad siempre acaba imponiéndose. Si el Gobierno andaluz no pone orden en la Consejería de Salud y reconoce el lugar esencial e insustituible de la profesión médica en la asistencia sanitaria, lo acabará pagando en las urnas. No sería la primera vez.